Hacer una vía ferrata es otra opción para los que les gusta las emociones fuertes. No hay que tener miedo al vacío y tener los conocimientos suficientes para andar por una pared equipada con grapas, sirgas y puentes.
Si no has hecho ninguna, esta no es la mejor para empezar, ya que hay muchos tramos aéreos mantenidos, sobre todo al principio. Si ya has hecho alguna y te gusta en esta vas a disfrutar un montón.
Es una vía larga, cuesta dos horas de subir, además de los 15 minutos de aproximación desde el coche.
El parking, es un hueco en la carretera, casi en el puerto mismo de la Foradada. Es un hueco que apenas caben 6 vehículos. Desde ahí se puede subir ya con arnés, casco y mochila para andar cuesta arriba unos 15 minutos de calentamiento.
El inicio ya es espectacular, una pared vertical mantenida que luego gira para seguir por detrás de ella. Más adelante hay unos destrepes, que suele impresionar a veces más que la pared. También hay un gran puente tibetano. Muy variada y divertida.
Si te cansa mucho tienes un escape, un poco más de la mitad del recorrido. Pero puedes descansar en algún tramo, no del principio.
Al llegar al final, nos pone un cartel indicando el descenso, hay que tener mucho cuidado con la bajada, es muy inclinada y de tierra suelta que la dificulta. Menos mal que está equipada con cuerdas toda la primera parte sino sería más peligroso que la ferrata. Hay que estar atentos para seguir los mojones más abajo porque mucha gente ha seguido bajando recto por el barranco y hay un sendero, a partir de la mitad del descenso, más llevadero.
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